jueves, 9 de diciembre de 2010

¿Por qué?


Porque ya no me molesto en escribir. Son las palabras las que se estampan contra el papel y forman frases desesperadas.

Porque ya no me molesto en andar. Son mis piernas las que me guían en un caos con aparente órden de semáforos, guardias y sentimientos encerrados y podridos en corazones que se han convertido en granadas de mano con una anilla titubeante.

Porque ya no me molesto en respirar. Mis pulmones se encargan por mí de ello y los suspiros desaparecieron hace tiempo, el mismo lapso temporal desde el que mi aliento se quedó atrapado en el cristal de un autobús que estaba tan vacío como mi mente.

Porque ya no me molesto en pensar. Son mis ideas una manufactura de un mecanismo rutinario, abatido por no poder encontrar su punto muerto, pero sin embargo en un constante punto absurdo.

Porque ya no me molesto en opinar. Son mis silencios la muestra de que hace tiempo que desistí de cambiar el rumbo de las situaciones, que aposté muy alto por que el mundo estaba condenado a tener carencias auditivas, a la perpetua decadencia... y en efecto acerté.

Porque ya no me molesto en sentir. Mi granada de mano hace tiempo que estalló provocando una sonora serenata de sonrisas bemoles y llantos sostenidos, de fusas de alegría y calderones de pena. La sostuve en alto durante un instante y sólo noté el calor de la sangre deslizándose sobre mi mano.

Porque ya no me molesto en molestar....

Porque ya no me molesto en hablar. Mis músculos tiran de mis huesos y provocan muecas. Quizás, en ocasiones risas ayudadas por los altavoces de mi pecho...e impulsos silábicos a los que ahora llaman palabras....

Porque ya no me molesto en defenderme. Me puse un chaleco de balas contra tus ideas metralladas, aunque supiste encontrar un punto flaco y con tu precisa bala inundaste mi cerebro de pólvora y veneno.

Porque ya no me molesto en vivir...

Porque ya sólo me molesto en esperar. Esperar que algo me sorprenda, esperar y dormir sobre la manecilla del segundero del reloj de algún titiritero.

10 comentarios:

  1. Dios, me estás convirtiendo en un yonqui.

    Pero moléstate, por favor.

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  2. En un yonqui?
    Nunca sé cómo tomarme los comentarios jaja

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  3. No sé muy bien porqué...pero has escrito las palabras que yo quería escribir pero no encontraba.
    ¿Por qué? yo también me lo pregunto....junto a ¿para qué?

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  4. Malditas seais las dos, dejaros de preguntar absurdeces..
    Siempre habrá algo que te sorprenda. SIEMPRE

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  5. Rebeca, tómatelo a bien. Es algo así como: escribe escribe, que quiero leer más.

    A tod@s (si se me permite): en el momento en que deja de hacernos falta un motivo, todo va de puta madre. Y ¿de verdad nos hace falta?

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  6. Lo haré ;)
    Supongo que quién no pregunta no haya jamás respuestas. Vivir en una completa incertidumbre es lo que nos hace débiles, lo que nos hunde.
    Tarde o temprano aparecen interrogantes en nuestra vida, el día a día es una continua pregunta y tener motivos es lo que nos hace preguntar, descubrir y sorprendernos.
    Toda la vida está compuesta de preguntas.

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  7. No no, yo no digo que no se hagan preguntas. Digo que a veces, un "porque sí" es suficiente. El hecho de pensar hace que no nos guste mucho un "de pura chiripa" cuando preguntamos "¿cómo he llegado aquí?". Pero que no nos guste la respuesta no significa que sea errónea.
    Eso sí, una vida sin preguntas no es una vida. Es una mierda

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  8. Sólo creemos que el porque sí es una buena respuesta cuando nos están haciendo a nosotros directamente la pregunta, somos vagos "porque sí" jajaja
    Nunca deberíamos estar conformes con una respuesta..la vida sin debate no sería vida :)
    Lo mejor de las preguntas es que tienen millones de posibles respuestas :)

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  9. Nah, lo mejor de la vida es vivirla. Tratar de darle un sentido es perderla. Una vez aceptado eso, a ver qué preguntas te interesan, y a contestarlas como sea ;)

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  10. En tal caso, esas preguntas serían las que surgen en el día a día.
    bah!pero esas son las más aburridas de responder!
    Supongo que si todo tuviera un sentido, un fin, sería más fácil vivir aunque también mucho más frustrante.
    Supongo que el ser humano está condenado a vivir en una constante mutación de sus metas, quizá así la pregunta principal será ¿cuál es la siguiente?
    Visto así, es hasta entretenido :)

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