jueves, 20 de enero de 2011

Respiración asistida



Hoy estoy más espirada que inspirada...

Repito el proceso por si acaso se me vienen a la cabeza palabras de esas que suenan rimbombantes y quedan bien en los discursos, aunque lo que estés diciendo carezca completamente de sentido.

Inspiro y espiro...

Mi cerebro se oxigena pero las musas siguen sin acudir a mí. Seguramente estén por ahí, charlando con alguien más interesante.

Inspiro y espiro...

Mi mano coge una pluma y garabatea materia gris con moscas revoloteando alrededor. Seguramente se acaben posando atraídas por las líneas de olor que irradia.

Inspiro y espiro...suspiro

Me muerdo los labios y hago una pelota con el papel garabateado. La lanzo a una papelera imaginaria y fallo.

Inspiro y espiro...

Hago sombras chinas aprovechando el reflejo de la lamparita de mi escritorio. La paloma de la paz era devorada por un perro irónicamente más pequeño una y otra vez. Jamás aprendí a hacer más sombras chinescas que el perro y la paloma.

Inspiro y espiro...

Me rasco la cabeza y el papel se llena de pelos, dentro de poco empezaré a escupir bolas y mi casa parecerá una película del oeste, pero de las malas.

Mi conciencia me retará a duelos continuos:

Señorita, eso es un insulto. Exijo una satisfacción. ¡Le reto a un duelo!

Mis sábanas empapadas de sudor y lágrimas serán testigos de ello.

Inspiro y espiro...

Oigo dos relojes y van sincopados. Me pregunto qué pretendo hacer si hasta ellos, inventados para la precisión absoluta, van a contratiempo.

Inspiro y espiro...

Mis nervios comienza a respirar de forma entrecortada, mientras las neuronas se han decidido a no servirme hoy mi desayuno rico en ideas.

Sé que en el fondo de su axioma me tienen algo de aprecio, aunque sólo sea porque gracias a mi cráneo no están condenadas a ser sin-techo.

Inspiro y espiro...

Se me ha dormido la mano, se me ha dormido la mente y no hay quien la despierte. Mis pestañas inferiores han declarado una guerra fratricida a las superiores, y con un par de bombardeos consiguen tumbar mis párpados.

Inspiro y espiro...

Profundamente. Creo que me ha visitado Morfeo. Sueño con algo,pero no consigo recordarlo cuando me despierto.

Inspiro y espiro....

Mi creatividad se ha escapado por la ventana, y eso que hacía frío. Ha huido como todo lo demás.

Condenada a vivir a contratiempo.

Inspiro y expiro.


miércoles, 12 de enero de 2011

XI. Temerás al fuego sobre todas las cosas


Ayer volví a soñar que ardía.

Mi mundo onírico se quemaba consumido de nuevo por llamas que, como aquel día, no quisieron revelar su procedencia.

El fuego formaba ampollas en mi espalda y mi pelo servía de hilo conductor para hacer arder mi cabeza.

Sufría, sentía un dolor insoportable, pero el fuego ya había quemado mis cuerdas vocales, que se derrumbaban y chocaban entre ellas produciendo vibraciones que se mezclaban con el sonido de fondo.

El hilo musical eran los latidos de una ciudad, que poco importa si se llamaba Edén o Pandemonium. Las contracciones de un corazón que impulsaba a sus millones de ocasionales moradores a los escenarios donde cada día se veían obligados a actuar, ya estuviera el corazón aquejado de soplo o las venas padeciendo una inusual hemofilia pasajera.

Nada en la ciudad parecía arder, y sin embargo, allí estaba mi cuerpo.

Solo, ardiendo e intentando apagar las llamas con el agua salada que brotaba de los ojos.

Y en medio de las silenciosas explosiones, la ciudad seguía latiendo.