miércoles, 12 de enero de 2011

XI. Temerás al fuego sobre todas las cosas


Ayer volví a soñar que ardía.

Mi mundo onírico se quemaba consumido de nuevo por llamas que, como aquel día, no quisieron revelar su procedencia.

El fuego formaba ampollas en mi espalda y mi pelo servía de hilo conductor para hacer arder mi cabeza.

Sufría, sentía un dolor insoportable, pero el fuego ya había quemado mis cuerdas vocales, que se derrumbaban y chocaban entre ellas produciendo vibraciones que se mezclaban con el sonido de fondo.

El hilo musical eran los latidos de una ciudad, que poco importa si se llamaba Edén o Pandemonium. Las contracciones de un corazón que impulsaba a sus millones de ocasionales moradores a los escenarios donde cada día se veían obligados a actuar, ya estuviera el corazón aquejado de soplo o las venas padeciendo una inusual hemofilia pasajera.

Nada en la ciudad parecía arder, y sin embargo, allí estaba mi cuerpo.

Solo, ardiendo e intentando apagar las llamas con el agua salada que brotaba de los ojos.

Y en medio de las silenciosas explosiones, la ciudad seguía latiendo.

5 comentarios:

  1. usted escribe muy bien, admiro su escritura; D
    bye ;*

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  2. Qué grotesco, muy tuyo
    muy bueno también
    vamos al Lastra ostiaaaa!

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  3. Despiera. Es sólo una pesadilla.
    Es todo realmente terrible
    Siento verdadera curiosidad por saber el por qué del fuego y no del agua o la oscuridad.

    P.D.: vamos al Lastraaaaaaaaaa!

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  4. Alá!

    Dios, la parte de las cuerdas vocales es sencillamente impecable.

    Y sí. Ya que soñamos que morimos, que sea con fuego. Ya lo dijeron por ahí, mejor arder que apagarse lentamente.

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  5. Gracias por vuestros comentarios ^^
    No sé por qué el fuego, supongo que mi naturaleza lo repele, aunque siempre me ha fascinado ver las cosas arder -desde lejos-.
    No sé, creo que lo que dicen por ahí es cierto, si tuviera que elegir mi muerte, desde luego que no sería en la hoguera, aunque lo de apagarse lentamente e ir darse cuenta de ello debe ser muy angustioso...

    posdata: soy más de la Bodeguilla de Paco jaja

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