Repito el proceso por si acaso se me vienen a la cabeza palabras de esas que suenan rimbombantes y quedan bien en los discursos, aunque lo que estés diciendo carezca completamente de sentido.
Inspiro y espiro...
Mi cerebro se oxigena pero las musas siguen sin acudir a mí. Seguramente estén por ahí, charlando con alguien más interesante.
Inspiro y espiro...
Mi mano coge una pluma y garabatea materia gris con moscas revoloteando alrededor. Seguramente se acaben posando atraídas por las líneas de olor que irradia.
Inspiro y espiro...suspiro
Me muerdo los labios y hago una pelota con el papel garabateado. La lanzo a una papelera imaginaria y fallo.
Inspiro y espiro...
Hago sombras chinas aprovechando el reflejo de la lamparita de mi escritorio. La paloma de la paz era devorada por un perro irónicamente más pequeño una y otra vez. Jamás aprendí a hacer más sombras chinescas que el perro y la paloma.
Inspiro y espiro...
Me rasco la cabeza y el papel se llena de pelos, dentro de poco empezaré a escupir bolas y mi casa parecerá una película del oeste, pero de las malas.
Mi conciencia me retará a duelos continuos:
Señorita, eso es un insulto. Exijo una satisfacción. ¡Le reto a un duelo!
Mis sábanas empapadas de sudor y lágrimas serán testigos de ello.
Inspiro y espiro...
Oigo dos relojes y van sincopados. Me pregunto qué pretendo hacer si hasta ellos, inventados para la precisión absoluta, van a contratiempo.
Inspiro y espiro...
Mis nervios comienza a respirar de forma entrecortada, mientras las neuronas se han decidido a no servirme hoy mi desayuno rico en ideas.
Sé que en el fondo de su axioma me tienen algo de aprecio, aunque sólo sea porque gracias a mi cráneo no están condenadas a ser sin-techo.
Inspiro y espiro...
Se me ha dormido la mano, se me ha dormido la mente y no hay quien la despierte. Mis pestañas inferiores han declarado una guerra fratricida a las superiores, y con un par de bombardeos consiguen tumbar mis párpados.
Inspiro y espiro...
Profundamente. Creo que me ha visitado Morfeo. Sueño con algo,pero no consigo recordarlo cuando me despierto.
Inspiro y espiro....
Mi creatividad se ha escapado por la ventana, y eso que hacía frío. Ha huido como todo lo demás.
Condenada a vivir a contratiempo.
Inspiro y expiro.